La Cruz de
la Victoria
La Cruz de la
Victoria es una reliquia donada por Alfonso III en el año 908 a la
Iglesia de San Salvador de Oviedo. Fue forjada en el Castillo de
Gozón. Sus dimensiones son de 92 centímetros de alto y 72 de ancho.
El alma de la cruz está formada por dos maderas de roble que se unen
en el centro a un disco redondo, donde se ha excavado un hueco
cuadrado para contener reliquias. La Cruz está recubierta con
láminas de oro y adornada por piedras preciosas. El alfa y el omega
son la primera y última letras del alfabeto griego y simbolizan el
principio y el fin.
MITO:
Cuenta la historia
que durante la batalla de Covadonga, se abrieron los cielos y se
distinguió una figura, era una cruz la que estaba plasmada. El Señor
Pelayo entonces juntó dos postes de roble en forma de cruz. Los alzó
sobre el campo de batalla en el que se situaban los musulmanes y
llovieron piedras sobre ellos. Así, los cristianos derrotaron a los
ejércitos herejes a base de piedras desde la cueva de Covadonga
donde se encontraba la Virgen María. Otra versión de la historia
dice que cuando Don Pelayo alzó la cruz en el campo de batalla, el
general musulmán murió y los musulmanes al ver esto se retiraron y
huyeron de la batalla. Una vez vencidos los musulmanes, la corona de
la Virgen María brillaba con esplendor dentro de la cueva.
La imagen de la cruz
de la victoria también adorna algunos lugares emblemáticos como el
puente romano de Cangas de Onís (donde vivió Pelayo, según cuenta
la historia).
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